
(Alterar de las vértebras tronantes) dime tú si al mediodía cesará el ruido del mar (esta lujuria implacable recorre mis oídos).
Trépano imberbe, voz de la tuba misteriosa que juega a la maestra en mi ombligo y no se calla.
¿Qué será lo que lleva a mi cuerpo calloso a cantar así, a las cilias, a los materiales de mi oído interno?
¿Qué sacudirá a los pequeños cristalitos, qué al caracol, para que como un sinte desbocado superpongan senoidales con dientes de sierra?
Foto: Ángeles González
4 comentarios:
que la tuba misteriosa y sabia no calla
silenciosa en los ruidos de infinitos acordes
:D gracias Caruso querido... algo suena, sí...
Tendrías que ponerle música... sonaría divinamente...
· un beso
· CR · & · LMA ·
tomo la idea Ñoco, a mí todavía no me había "cantado"... tengo pendiente un trabajo sobre tus "tamarindos", va, de a poco, cuando quiera, va... la música se hace sola, en general...
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