viernes, 3 de junio de 2011

Credo


Teniendo en cuenta la magnitud del desencuentro, de lo que significa borrar la herida, de la intención de ser disturbio; si estamos ajenos, perdemos la raíz del rito, de lo que hace en este mundo que las centellas caigan.
Cómo será que al tiempo cicatriza el reloj, que las figuras planas aparecen en el sueño una y otra vez, de cara al cielo, y, entre nadas, se alinean formando paredes, campos, pensamientos.
Cabría decir entonces que gravitar implica diluirse, que encender luz equidista de la nada, que enceguecer deviene un horizonte líquido y locura.
El perro tapa el hueso, pero igual, siempre, la médula queda al descubierto.
Eso creo.

Arte: de la serie "Extinción..." , Fran H. Signorello
http://franaparte.blogspot.com/

4 comentarios:

alfonso dijo...


· Esas partes blandas renuncian al recuerdo. No hay médula que crea en un Credo

· un beso musical

CR & LMA
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·

la stessa ma altra dijo...

a lo mejor eel recuerdo no es grato... me quedo conla médula incrédula... beso de semifusas... : )

Doctor Krapp dijo...

La médula incrédula que se basta a si misma y prescinde de recubrimientos.

la stessa ma altra dijo...

así es Dr...pero una cosa es la médula y otra las personas, que pretendemos jugar a las escondidas con nosotros mismos. a lo mejor son formas de supervivencia, quién lo sabe; de todas maneras, no duran mucho.