
Esperar por palabras cambiadas y sin sueño que van río arriba; la vertiente se seca con demasiada frecuencia y nadie llama.
Todo es doble
dos caras:
una que sí, y una que no.
y se respira el aire estático de lo que no tiene neblina.
Hay alguien que no viene, que estira el tiempo y me obliga a escribir; así no vale.
Tiene un hilo conductor que se hace valer, que no se rompe pero que no me alcanza para sobrevivir.
Gastando saliva y evoluciones se desliza una costumbre vaga de devenir ausente y nada; de ser viaje, de hablar en otro lugar y nunca estar; un modo de ser una nota de Fux, una escapatoria.
Podríamos escribir siguiendo las leyes del contrapunto entonces.
Quisiera retomar el nadie llama, retardarlo. Escribir a partir del retardo: nadie llama llama nadie si invertimos como corresponde para mayor ornamentación.
Entonces:
Llama; nadie escribe a partir de un retardo; alguien se retarda a partir de una escritura (escritura de escribir) y llama y llama papel.
Y troquemos:
que estira el escribir y me obliga al tiempo.